en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

viernes, 20 de abril de 2007

Por una Francia amable y progresista

A partir de este domingo 22 de abril, comienzan las elecciones en Francia, donde se va a iniciar la elección del Presidente de la República, algo que por cierto, a la ciudadanía de este País y de este maravilloso Estado plurinacional en el que vivimos no le está permitida, ya que su titular aquí se nos impone, en teoría, por simple elección testicular.

Pero en Francia pueden elegir, y la ciudadanía progresista, e incluso la que se pueda definir como simplemente no tan conservadora, tiene un amplio abanico de posibilidades. En principio, no suena mal. Que la oferta sea amplia suele ser bueno casi siempre, pero si el objetivo es sumar, es aunar y es ganar, la dispersión de voto suele ser algo que solo el enemigo político puede ver con buenos ojos.

No se que elegirá la ciudadanía francesa. A mi me gustaría que optasen por una candidatura que no fuese de las autoproclamadas ni de derecha ni de extrema derecha, porque creo que no sería bueno ni para ellos, ni para el resto de ciudadanos de la Unión, ni para el planeta en general.

Y lo que sería imperdonable a los responsables del resto de las candidaturas sería que, por motivos de su clara desunión, el personal tuviese que elegir en una segunda vuelta entre el hambre y las ganas de comer, algo que ya pasó en la anterior ocasión, y que volviese a ocurrir, resultaría imperdonable, escandaloso y merecedor de algo mas que un "lo estáis haciendo muy mal, muy mal".