en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

sábado, 14 de abril de 2007

¡Viva la III República!

En una entrevista que le hace elplural.com a Santiago Carrillo, el ex secretario general del PCE recuerda como el 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República en España, y la mayoría de los que nos lo han podido contar lo recuerdan como la liberación de un régimen político opresor, como la liberación de un régimen político basado en la alianza de la corona, el sable y el altar que habían estado oprimiendo tradicionalmente y frenando el desarrollo de este país.

La gente en general lo vivió como un periodo de liberación, como un periodo en que las guerras de África, que habían dejado una tremenda huella, se habían terminado para siempre, un periodo en que los trabajadores agrícolas sin tierra iban a poder tener acceso a las enormes extensiones de las fincas de los aristócratas, un periodo en que la explotación, la miseria y la incultura iban a ser superadas. Particularmente el bienio republicano fue recibido por el pueblo como una gran liberación.

En muchos casos, para la población rural la imagen del poder siguió siendo la misma que durante la monarquía, es decir, el poder de los caciques, de los terratenientes, de la Iglesia, de la Guardia Civil de la época. Por eso finalmente la incapacidad de la República para hacer una auténtica revolución democrática en España terminó siendo sentida como una frustración por muchos españoles.

Y termina Carrillo comentando que si el actual sistema democrático sigue evolucionando, aunque lenta pero positivamente, en España habrá un día, mas pronto que tarde, una Tercera República, sin duda. Es bastante obvio reconocer que las monarquías son sistemas políticos más bien de otra época, aunque la monarquía parlamentaria y constitucional que tenemos, hoy por hoy, es ya un paso de avance muy grande en relación con lo que fue el pasado, por una razón, porque en el funcionamiento del régimen actual hay una base esencial republicana, que es el concepto de que la soberanía pertenece al pueblo, de que del pueblo emanan todos los poderes. Y ese principio que se aplica hoy en España es un principio fundamentalmente republicano.

En Sopelana, desde hace muchos años, unos ciudadanos nos recuerdan la fecha poniendo la bandera republicana en la plaza del pueblo. Y si bien es una bandera que al día de hoy incluso el PC la dió por superada en su momento en aras al consenso y a la concordia ciudadana, hoy sigue representando a todos aquellos que no nos hemos dejado embaucar con bodas principescas, princesas de telediarios, ni en definitiva, con cargos "por cojones" o hereditarios.