en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Juan Carlos - 0 - Anasagasti - 1 -

La reacción sin precedentes del monarca español tras las críticas vertidas por algunos líderes latinoamericanos contra Aznar y las empresas españolas durante la XVII Cumbre Iberoamericana, celebrada en Santiago de Chile ha sido el chascarrillo del fin de semana.













El Rey perdió los nervios cuando Chávez interrumpió repetidamente al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que pedía respeto para Aznar al haber sido éste un presidente elegido de manera democrática. "¿Por qué no te callas?", le gritó el Rey a Chávez apuntándole con el dedo. Después, el monarca avergonzado y enfadado consigo mismo, tras el espectáculo ofrecido, salió momentáneamente del salón. En mi opinión, Chávez es un presidente, que aunque ha sido elegido popularmente, y democráticamente, no deja de ser un militar aspirante a caudillo. Pero es que el rey es un militar, impuesto por el generalísimo, que se cree con derecho al puesto con carácter indefinido y sin pasar por las urnas.

En España, tanto el PSOE como muchos de los líderes políticos españoles han salido en defensa del monarca, no queriendo reconocer que ese tipo de actuaciones no son justificables, y atacando a quienes muestran su desconformidad con el gesto del actual jefe de estado.

Anasagasti realizó unas declaraciones en las que manifiesta su desconformidad con varias de las últimas actuaciones del rey, y en "la corte" televisiva, en vez de discutir si estas son o no son acertadas, han preferido optar por el insulto y la descalificación personal. A mi, personalmente, todo lo que dijo el senador me pareció absolutamente razonable y, quizás por eso, por ser absolutamente razonable y difícilmente criticable, los que viven del cuento el sábado en "La noria" de Tele5 le llamaban "bufón del reino". Fue entre esperpéntico y lamentable.

No parece excesivo querer que el jefe del estado pague sus impuestos como todo el mundo, que si recibe regalos en calidad de Jefe de Estado, estos pasen a formar parte del patrimonio público, que sus vacaciones se ajusten a las de cualquier político de rango similar, que no haga ostentaciones de riquezas pagadas a escote por toda la ciudadanía, que si el cargo lo ostenta él, sus descendientes, consortes, nietos y demás parientes no tienen derecho a vivir de "la sopa boba", ... En fin todo esto parece razonable. Incluso que pudiese ser elegido como el resto de los políticos.