en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 4 de febrero de 2008

Lectura comentada de periódico de una tarde de domingo

Una tarde de domingo de invierno puede ser idónea para dedicarle al periódico y a sus noticias un espacio de tiempo mayor que el habitual entre semana, y una lectura comentada de sus titulares puede dar para relajadas y agradables veladas.


Comenzamos con que el Ayuntamiento bilbaino parece que construye plazas de aparcamiento para residentes a mayor velocidad de la que consigue para venderlas. Pues algo falla, y si reconocemos que los precios están dentro de la lógica, habrá que pensar que puede llegar el día en que al igual que si te compras un caballo, previamente te haces con un establo, tal vez los que vivan en determinadas zonas urbanas deban apropiarse previa y obligatoriamente de una plaza de garaje antes de hacerse con el automovil deseado.

Lo del crematorio también da para comentar. Parece que hay gente que compra un piso en un lugar con unas características específicas previas, bien sea una autopista cercana, una fábrica con chimeneas, unas vías de tren o un crematorio, y en cuanto toma posesión de su nueva propiedad, comienza la militancia por alterar lo que ya estaba allí antes de que ellos llegasen. ¡Un poco de morro!

Luego está lo del ilusionista bilbaíno que no pudo entrar en EE.UU. porque le pillaron en su pasaporte el sello argelino que justificaba su visita a los refugiados saharauis años atrás. ¡Ni que hubiese estado visitando refugios terroristas! Cuando estube en tierras del tio Sam, en los ochenta, tuve que jurar por escrito, para que me dejasen entrar, no haber militado ni pertenecido a organización comunista ni terrorista alguna. ¡Lerdos! Como si no fuese precisamente viajando la mejor manera de tener una visión global que te ayuda a huir de extremismos que solo prorrogan el sufrimiento y la desesperanza. ¡Si no quiero problemas con los que andan de primarias tendré que renovar mi pasaporte antes de una nueva visita a Yankilandia!

Y llega Gabriel Inclan, que dentro del lío en el que está metido, una de las medidas que ha adoptado está la de hacer públicos los sueldos de los trabajadores que están en huelga. Algo que no es habitual, pero que teniendo en cuenta que es dinero de todos, debería de ser lo más lógico y razonable que sepamos cómo se gasta el dinero la administración. Si nos parece normal saber lo que se va a gastar en la construcción de una autovía, más razonable me parece que sepamos lo que nos gastamos en pagar al médico, al maestro, al policía, al funcionario del ayuntamiento y, por supuesto, a los cargos públicos que nos gobiernan. Debería de ser algo que sucediese con la mayor naturalidad, porque cuando no es así es cuando algunos se reservan el derecho a pensar mal, y no deberíamos darles canchita para ello.

Luego ha llegado el AVE y la envidiable nueva situación de algunos vecinos del estado que ya pueden gozar recientemente de esta nueva modalidad de transporte. ¡Y pensar que aquí tenemos no solo vecinos, sino "compañeros de gobierno" que siguen oponiéndose al proyecto que tras muchos años de estudio, se ha puesto ya en marcha y servirá para mantener a Euskadi en el mapa europeo del transporte!

Después está el tema de Ibarretxe, su invitación por parte de la Universidad de Stanford y la inmediata reacción de los amigos del perro del hortelano, que ni proponen ni dejan proponer, y que se enfadan si el Lehendakari sale por el extranjero a contar su versión de la realidad del País. Menos mal que, en esta ocasión, la universidad californiana no va a ceder a las protestas, o al menos eso creo que ha anunciado.

La sopa de letras de la izquierda radical abertzale ha sido el tema tras la vuelta de página. Ya llevan diez nombres distintos. Y los lógicos problemas internos dificultan aun mas la creación de una nueva alternativa. Precisamente ahora, a unas elecciones para la que en más de una ocasión han despreciado participar tras calificarlas de españolas. La vida da muchas vueltas y la edad le da a uno la posibilidad de verlo todo con mucha mas perspectiva y, desde luego, la coherencia no creo que sea el primer adjetivo que se le pueda otorgar a este colectivo político.

"Zubi", el "asesor", nos comenta algo ciertamente razonable. Excepto a los más extremistas, PP incluidos, a nadie ha dejado con buen sabor de boca el llamado "caso Atutxa", y sería lógico que por parte de todos, pusiesemos los medios para no repetir errores pasados. Y Ramón Rabanera, a buenas horas, reflexiona en voz alta y nos dice que los de la gaviota deberián de haber bajado un poco el tono, mas que nada porque se ha dado cuenta que insistir en el "no" les hace perder la confianza de la gente y se empiezan a dar cuenta de que están mas "solos que la una".

Y para terminar este apartado, con la Iglesia hemos topado. Dicen, y es cierto, que la entidad está gobernada por una jerarquía integrista que no refleja a los católicos españoles, pero por muy divina que sea, cualquier entidad que de manera permanente profundiza la distancia entre dirigentes o dirigidos corre un grave riesgo. Los dirigidos corren el riesgo de "pasar". Pero los "mandos intermedios" tienen que posicionarse, salir a la palestra y valorar el comunicado. Ellos verán. Yo, si fuese ellos, me vería avergonzado de no hacerlo, y mi experiencia dice que haciéndolo, incluso, duermes más tranquilo.

¡Ah! se me olvidaba la boda de la semana. Sí, la de "El Elíseo". Siempre me han llamado la atención los enamorados que en dos meses pasan de conocerse a prometerse amor eterno. Siempre los he considerado personas con la cabeza poco amueblada o, lo que sin duda ocurre en este caso, acuerdos de conveniencia con fecha de caducidad, que poco tienen que ver con los motivos tradicionales para este tipo de encuentros.