en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Ya era hora, Fidel.

"Les comunico que no aspiraré ni aceptaré -repito- no aspiraré ni aceptaré el cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe". Solo un hombre que se ha creído y se ha dejado tratar como un pequeño dios,, puede terminar así su "reinado", un periodo al que solo la salud le ha hecho entender que se le ha terminado, aunque la vida sigua para los demás, incluso sin él.

Nadie le discute sus méritos. Sobrevivir 50 años tocándole las narices en la puerta de casa al "Supremo" tiene su aquel, pero esa innecesaria idolatría que se ha creado en la isla con su permiso es inaceptable incluso desde dentro de la ideología que dice defender.

Desde luego si algo bueno tienen los vecinos de arriba, con respecto a cómo llevar la democracia es lo relativo al establecimiento de fechas de elecciones y periodos máximos de estancia en el poder de los dirigentes. Algo de lo que no solo Fidel debería de haber aprendido.