en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Ya vale de frentes y de falsas "uniones", Zallo

El profesor de la UPV-EHU e importante asesor de altas instancias, Ramon Zallo, escribió en DEIA el pasado domingo un interesante artículo de opinión, con el título de  "Los de Lizarra se suicidan … y Patxi López ni se lo cree", que reproduzco mas abajo.

Desde un primer momento, parte de la base del 5 ( PNV - EA - IU- Aralar - Izquierda Radical ) contra 2 (PSE-EE y PP ) y se lamenta de que los cinco se presenten cada uno por su lado, cosa que otros agradecemos y festejamos.

El tema es de base, la diferencia es de inicio y, lógicamente, cualquier conclusión posterior que se saque debe de ser claramente distinta, si no claramente contraria.

Yo nunca parto de esa base de cinco contra dos. Nunca he estado de acuerdo con esa división y, además de ficticia, me parece claramente perjudicial, para nosotros, y sobre todo, para el país. Es más, me siento mas unido, mucho mas, en mi vida cotidiana, en mis deseos de construir país paso a paso, y entre el mayor número de agentes posibles, con el votante del PSE-EE que con el de la Izquierda radical, el de IU o el "pesao" de EA que no hable mas que de "independentzia". Me resulta mas sencillo vivir el día a día con quienes están en la arena de la realidad que con quienes todo el día flotan en sus aspiraciones abstractas y poco edificantes, cuando no claramente destructivas.

NO QUIERO FRENTES. Quiero construir el país entre el máximo de sensibilidades posibles, sin discusiones ridículas ( Euskal Herria - Euskadi , Soberanía, Autodeterminación, Derecho a decidir, Derecho a irme, a venir y demás pajas mentales ) YA VALE. Quiero trabajar con los que están a favor de construir comunicaciones (AVE), carreteras, puentes, acoeductos, ampliar fábricas, aeropuertos, puertos, hacer túneles, pantanos, parques, mejorar el acceso a internet, la salud pública, la enseñanza consensuada para todos, construir casas, no regalarlas, etc..., en definitiva, quiero gobernar con quienes quieran trabajar por una nación entendida fundamentalmente como asociación voluntaria de ciudadanos soberanos y no, como los futboleros y sus acólitos, esos que están mas preocupados por los kilómetros cuadrados de país que por la implicación de sus gentes en su construcción y desarrollo.

Llevamos años "gobernando" con los que tendrían que estar en la oposición por su espacial facilidad a oponerse a casi todo y no ser capaces de consensuar casi nada cuando les das un poquito de poder (Ejemplo: Educación, Justicia y Vivienda).

Quiero un gobierno que discuta de cosas normales, que se preocupe de la crisis, como el resto de los vecinos, y que sonría y se deje de estar todo el día enfadado, con cara agria, eso sí, echándole la culpa de todo al de abajo.

Pues eso, que ya me he desahogado. Ahora, si queréis leer el articulo de Zallo, pinchar el botón de abajo, pero que sepaís, que estoy hasta el gorro de "frentistas".


Los de Lizarra se suicidan … y Patxi López ni se lo cree.
Ramón Zallo

VISTO en el tiempo, aquellos polvos han traído estos lodos. Una buena idea mal gestionada puede a la larga ser catastrófica. La desbandada de los otrora firmantes de Lizarra-Garazi acumula en el ínterin experiencias variadas: el ascenso de la Izquierda Abertzale (IA) de Otegi en la época; la victoria agónica de Ibarretxe en 2001 sobre la pinza españolista de Redondo y Mayor Oreja; los preacuerdos de Loiola en la última tregua; la eterna pugna entre las dos almas del PNV que está en tablas provisionales; la apuesta de una inmadura ETA por destrozar a la propia IA y hacer la enésima experiencia de un nuevo ciclo violento… y aquí estamos.

Y todo ello ante un atónito Patxi López que sólo ha tenido que esperar sentado a ver pasar los cadáveres de sus enemigos. Bien aconsejado, ya movió pieza en Loiola y luego la ha retirado. A vivir de las rentas. Ha colaborado en la gobernabilidad vasca votando presupuestos y poco más. Aunque carezca de carisma, los errores ajenos y sin más proyecto que seguir a su señor, Patxi podría llegar a aupar a su partido a fuerza minoritaria-mayoritaria y gobernar con apoyos puntuales del PP en la primera parte de la próxima legislatura, e incluso de otros en la segunda.

¿Cómo puede llegar a ser posible? Por aritmética simple adobada de torpeza ajena. Dos pueden ser más que cinco. La aritmética dice que dos (PSE y PP) respondiendo cada uno y sin mayores fisuras -salvo el grano de Rosa- a su espectro entero (izquierda vasco-españolista y derecha españolista vasca) pueden llegar a sumar en el país de D'Hondt más que cinco divididos entre sí y por dentro. En efecto, en lugar de una alianza soberanista (Lizarra) lo que hay son cuatro nacionalismos más un partido de izquierda compitiendo todos entre sí. Y, por avatares de la historia, casi todos ellos tienen dos almas que en tiempos de mudanza han exhibido espectacularmente en busca de pilotar todo el patrimonio propio y ajeno (soberanistas-posibilistas en el PNV; realistas-pata/negras en EA; duros, blandos y, sobre todo, silentes en la IA). En Ezker Batua, también hay, como mínimo, dos almas y en Aralar sólo una porque la otra se quedó en Batasuna.

Todo ello sólo sería una foto de pluralidad -hay lo que hay- pero cuando se pelean o no se avienen a mínimos comunes a la altura de las circunstancias es una alforja que desmoviliza y desmoraliza a una sociedad que sí cree en el derecho de decisión. Lo menos que se puede decir es que la blandita campaña de apariencias respecto a la Ley de consulta no ha estado a la altura del órdago parlamentario. Y desmoralizará a una parte del electorado que es todo menos tonto.

Hasta ahí, sin más reproches que los implícitos. Pero de cara a las elecciones ha aparecido un factor nuevo: la propensión al suicidio de los aparatos desde motivaciones fundamentalmente internas. Ya que estamos mal, hagámonos el harakiri, parecen decir. Es el mensaje que se percibe en el espacio público.

En efecto, es probable que ETA vete cualquier lista blanca de la IA mayoritaria. Hubiera sido bienvenida para que el país real tuviera reflejo en el país institucional y la IA aportara parte de la solución. No estar en ningún lado, ni ser legales siquiera, puede dibujar las bajezas de esta democracia pero sobre todo destruir una corriente mientras le deja el patrimonio a una ETA hegemonista que vive en otro mundo. En ese caso, y si prosperara un probable y factible boicot del 10-15%, a añadir a la abstención técnica y a los antes activos y ahora desencantados, el beneficio sería para el PSE y PP movilizados.

Por el momento no parece prosperar una justificable alianza entre EB y Aralar. Juntos tienen temas gestionables en común y algunas chancesde recoger un doble voto de izquierda autodeterminista y de soberanistas de izquierda. Separados rozarán el descenso o el extraparlamentarismo.

Y la última es la incomprensible decisión de EA, saludada por la IA. Uno puede sobrevalorar su propio peso electoral y sacar pecho. Todo el mundo es libre de querer contabilizarse, y si al día siguiente de unas elecciones vienen mal dadas, presentar la dimisión con un "me equivoqué". Muy humano pero muy arriesgado... salvo que EA tuviera algún acuerdo implícito o información, que ignoramos todos, y fuera a ejercer de hecho de lista blanca.

Lo más llamativo es la presunta falta de coherencia del anuncio de EA. Renuncia a ir con el PNV porque le critica su deriva "autonomista", pero si fracasa Ibarretxe lo probable es que éste se vaya a casa y empiece la deriva de verdad. En cambio, si el partido de Ibarretxe fuera con EA y obtuvieran mayoría, lo probable es que la ola soberanista afectara a la composición del propio aparato del PNV siquiera por coherencia y evitar espectáculos. Incluso si hubiera cálculos en competencia no es seguro que, en caso de fracaso de Ibarretxe y de deriva autonomista del PNV, fuera EA a beneficiarse, sea por su acotado peso electoral en solitario, sea por su hipotética responsabilidad en el fracaso de la continuidad del proyecto decisionista de Ibarretxe.

En suma, probablemente, dos no podrían con cinco si éstos fueran tres: una candidatura de masas (PNV-EA); una lista blanca de la Izquierda Abertzale mayoritaria; y una candidatura de izquierda soberanista o de soberanismo de izquierda: (EB-Aralar). ¡Ustedes mismos! Desde ahí sí es posible una marea decisionista… a gestionar sabiendo lo que hay aquí y en Madrid.