en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 16 de mayo de 2011

"Campaña-2011": (-6 días para votar) .: Menos municipios, más Mancomunidad

Hace ya unos meses publicaba EL PAIS un interesante reportaje sobre la supresión de municipios. En enero pasado, en España existían 8.114 municipios. Más de la mitad no alcanzan las mil personas. Y un millar tiene menos de cien habitantes. Pero además, somos un país de consolidada tradición municipalista y con frecuencia despiertan las ansias de autonomía de barrios diferenciados en numerosos municipios.

Al borde del abismo, en mayo pasado Grecia tomó una decisión drástica donde las haya: acabar de un plumazo con 679 municipios. Solo sobrevivirán los Ayuntamientos que tengan al menos 10.000 almas sobre las que mandar y a las que servir. El ahorro estimado de la medida -que implica compartir servicios- se calcula en 1.185 millones de euros.


En la actual situación de austeridad en la que nos encontramos vemos conveniente mecanismos que ayuden a racionalizar el gasto para dar servicios de calidad, y una de esas medidas sería a través de las mancomunidades. En Euskadi existe algo de esto pero se aplica exclusivamente a los elementos más esenciales (recogida de basuras, ...) pudiéndose generalizar las actividades mancomunadas al 100 % de los servicios que se prestan si hubiese un mínimo de interés político por el ahorro público.

Resulta absolutamente injustificable que dos Ayuntamientos solo separados por una calle tengan su propio servicio de recogida de basura, agua o policía, aunque también es cierto que suprimir Ayuntamientos no garantiza, por el mero hecho de hacerlo, menos gastos y los servicios que dan requieren proximidad. Es evidente que haría falta una fuerte voluntad política y un consenso político, social y sindical, porque implicaría reorganizar recursos humanos, estructuras políticas, empleos y sentimientos. Aun con todo, creo que merece la pena intentarlo. Y que, para que no nos pase como a los helenos, es preferible que la iniciativa sea nuestra que no una imposición, razonable, pero imposición al fin y al cabo, desde fuera.