en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

viernes, 26 de agosto de 2011

Reforma Constitucional y Referendum

Ya está en la calle el debate sobre si referendum sí o no para una reforma constitucional, la segunda si no recuerdo mal, que muy importante debe de ser para Zp y Rajoy que fardan de haberse puesto de acuerdo "en diez minutos".

A mí personalmente la primera cuestión que me surge es si es necesaria o no. Me llama la atención, en cualquier caso, que "prohibir la deuda pública" sea la solución, el arreglo o el parche a una crisis surgida y/o provocada por el sobreendeudamiento privado, instigado por bancos y entidades privadas.

Hasta ahora las apuestas económicas que se han hecho en este país, si no estoy equivocado, para ayudar a solucionar problemas sociales graves como el paro y las ayudas sociales por un lado y las grandes inversiones que apoyaban las grandes apuestas de estado como carreteras, AVEs, etc ...por otro, salían del endeudamiento público. ¿Qué pasará a partir de ahora?

Habrá quien recuerde que otra posibilidad que no se nombra para obtener una mayor recaudación sería la subida de impuestos, pero esta opción parece que al día de hoy la descartan todos los grandes partidos y, ni que decir tiene, tampoco creo que saldría aprobada en un referendum: ¿Está usted dispuesto a aumentar su aportación económica solidaria a través de los impuestos directos? Es facil deducir que la respuesta aplastante empezaría por N, aunque, probablemente, yo volvería a perder.


Y hablando de referendums, otra cosa que no tengo claro es que una cuestión de este tipo tenga que someterse al sí o no de una ciudadanía especialmente sensibilizada con otras temáticas que , sin duda, influirían a la hora de tomar una decisión. Ni que decir tiene que partidos y políticos de distinto signo, en función de cómo se viesen situados ellos con respecto al tema, animarían a votar una cosa u otra, no en función del interés general sino del privado y/o particular.


En definitivas, estoy de acuerdo con que el tema de la deuda pública debe gozar de un gran acuerdo transversal entre la gran mayoría de partidos e instituciones del Estado, si bien sin fijar unas características tan especificas que nos aten las manos o nos impidan maniobrar adecuadamente en el medio plazo ante situaciones que hoy en día pueden ser poco posibles pero es que nadie puede asegurar lo que nos deparará, por ejemplo, el año 2020, y no sería razonable que seamos nosotros mismos quienes nos cerremos desde ya puertas o salidas posibles.