en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 13 de febrero de 2012

En Grecia y en cualquier lugar la gente está dispuesta a hacer sacrificios, pero no a ser sacrificada

Pónganse, por ejemplo, en la piel de un profesor de secundaria en Grecia. Para empezar, aplíquense un recorte en su sueldo de un tercio y renuncien a la casi totalidad de sus pagas extraordinarias. 

Según un informe de la Agencia Europea de Educación Eurydice, hace dos cursos en Grecia el salario base en secundaria oscilaba entre 11.820 19.992 euros anuales y en España entre 33.344 y 46.692. A esto hay que añadir el recorte adicional del pasado mes de octubre que deja a los profesores griegos con un sueldo mensual de entre 660 y 1.400 euros.

Además, aumenten en un 4% su declaración del impuesto sobre la renta, aumenten también su factura de la luz en un 9%, el tipo máximo de IVA en un 10% adicional, e imagínense que les aplican un nuevo impuesto de bienes inmuebles que les lleva a pagar entre 600 y 1.000 euros anuales por un piso de 100 metros cuadrados, según la zona donde se encuentre.

A esto añadan el elevado precio de la gasolina (1,65 el litro) y de los productos básicos (un 40% más altos que en España, a excepción de la fruta y verdura que es, aproximadamente, un 30% por ciento más barata).