en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

lunes, 20 de agosto de 2012

¿Se lo dirán al carcelero encarcelado y próximamente desencarcelado?

Lo decía ayer Edurne en un comentario a mi post y tenía razón. El artículo de Pello Salaburu en EL CORREO dominical era, en su conjunto, un gran acierto. Se preguntaba si sus compañeros de recorrido político estos últimos años tendrán ganas de decirle que el universo de su mundo ha cambiado: que ahora mandan en las instituciones y están tomando decisiones contrarias a las que predicaban cuando tenía a Ortega metido en un almacén; que ahora pasan cada día bajo la denostada bandera española, sin escupir ni hacer nada; que ahora quieren ir al Gobierno vascongado a ver si cae la Lehendakaritza; que ahora tienen abierto su frente revolucionario más importante en el tratamiento de las basuras; que ahora no se deciden a aplicar el mismo rasero impositivo que nos aplican al resto, a esos futbolistas y deportistas millonarios; que ahora intentan brindar con los del PP; que han apoyado la creación, horror, de un banco capitalista, con nombre entre vasco e inglés; que el pueblo raso y llano a pocas se come al alcalde cuando vio que el agua subía al segundo piso; que la Vuelta a España pasa, otro horror, por delante de sus narices; que nada ha cambiado en ese festival de cine tan español y tan poco vasco; que las fiestas populares de San Sebastián son casi un calco de las que hacían los burgueses vendidos a los intereses capitalistas; que hasta van a apoyar, a nada que nos descuidemos, las corridas de toros, y que ahora despiden al personal si se atreve a decir aquello de «¡ETA, mátalos!», que era la jaculatoria habitual del conglomerado. ¿Le dirán todo esto? Bueno, mejor que no, no vaya a ser que se active aún más la enfermedad.