en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

miércoles, 10 de octubre de 2012

La unión política y la unión matrimonial

La unión política y la unión matrimonial solo son entendibles actualmente desde la libertad para decidir de cada una de las partes. Es Derecho puro y del bueno. 

El Código Civil nos da ejemplos de ello, especialmente con las uniones matrimoniales. La unión matrimonial solo es entendible si al mismo tiempo se contempla el derecho a deshacer la unión cuando la convivencia efectiva ha cesado. Ningún cónyuge aborda su compromiso de unión matrimonial renunciando al derecho al divorcio, aunque no entre en sus cálculos el divorciarse. Puro sentido común. 

Lo curioso de esta historia es que algunos de los que defienden la unión matrimonial civil, vease sociatas y progres varios, en la unión de los pueblos defienden el matrimonio religioso, cutre y retrogrado, donde no cabe la separación aunque las partes lo quieran, porque la unidad es sagrada. ¿Se acuerdan de la sacrosanta unidad de la Patria?.

Curioso progresismo y curiosa laicidad.

Nota: No se alegren especialmente leyendo los parrafos anteriores algunos nacionalistas radicales, habituales en este pequeño país, que no entienden y cuando menos se rasgan sus propias vestiduras, por ejemplo, cuando voces navarras o de Iparralde no quieren participar en su proyecto de Euskal herria. Lo mismo da que da lo mismo.

(Recogido en parte del artículo de Gurrutxaga el lunes en Vocento)