en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

domingo, 23 de junio de 2013

La noche de hoy, 24-J, no es la noche más corta del año.

En el primer calendario "moderno", el juliano, del 46 a.c. los solsticios coincidían con San Juan y Navidad. Allí se introdujo el año bisiesto. 
El problema es que los años no duran exactamente 365,25 días, sino algo menos. Cuando se celebró el concilio de Nicea, en el 325 de nuestra era, el desfase era de 3 días, es decir, el solsticio de verano era el 21 de junio en vez del 24 (San Juan). 
En el concilio de Nicea se decidió que "la Pascua debía conmemorarse el domingo siguiente al plenilunio posterior al equinoccio de primavera en el hemisferio norte" y aquel año el equinoccio fue el 21 de marzo. 
Eso hizo que las fechas astronómicas y los festejos (inicialmente paganos) relacionados con los mismos quedaran separados para siempre. Las malas lenguas dicen que se hizo apropósito, aunque yo no lo tengo tan claro. Cuando llegó la reforma gregoriana del calendario en 1582, el desfase se había seguido acumulando. 
El equinoccio fue, aquel año, el 11 de marzo. Se suprimieron esos 10 días. Al 4 de octubre de 1582 le siguió en 15 de octubre. Al tomar como referencia el concilio de Nicea, quedó ya para siempre la separación de solsticios y festejos del solsticos. 
Por que sí, lo que se celebraba en Navidad era el solsticio de invierno, no el nacimiento de persona alguna.