en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Así no hay quien se aclare de quiénes son los buenos de la película.

El Gran Hermano estaba bien montado hasta que llegó este desmadre con los móviles. Unos pocos miraban por las cámaras y unos muchos −la gran mayoría− éramos mirados. Como en 'La Ventana Indiscreta' de Hitchcock pero con Gallardón en la silla de ruedas y el ministro del Interior a lo Grace Kelly llevándole comida del Club 21. Ahora, sin embargo, desenfundamos el móvil con más destreza que Wyatt Earp el revólver. Y los que nos vigilaban han perdido sus superpoderes de invisibilidad. Y hasta ahí podíamos llegar. Va una ronda de 30.000 euros por grabar a policías y otra de 600.000 por convocar concentraciones no autorizadas frente al Congreso. Lo llaman Ley de Seguridad Ciudadana.

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