en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

domingo, 15 de octubre de 2017

El “procés” y el sindicalismo catalán

Uno de los éxitos más determinante del discurso del independentismo en Catalunya ha sido el haber conseguido que también algunos sectores de la izquierda y del sindicalismo en Catalunya hayan hecho suyo la repetida idea que “Lo nacional y lo social van unidos”, como si fuera un axioma que significa que "no hay solución a los problemas sociales sin independencia". Así lo han venido repitiendo los principales líderes del movimiento independentista y así lo expresa también, con meridiana claridad, el MANIFIESTO de Sindicalistes de CCOO per la Independència i la República Catalana cuando afirma “la independència de Catalunya i la construcció de la República Catalana és l’única solució per aconseguir una societat méjusta, socialment progressista i lliure”. 
nuevatribuna.es/opinion/quim-gonzalez-muntadasl
Es un mensaje potente y eficaz que se repite desde todos los sectores ideológicos, sean ultra liberales o antisistema, que apuestan por la independencia. Ha servido para arraigar la idea en gran parte de la sociedad catalana, de que la esencia de los problemas sociales que padecemos y su solución se explica principalmente partiendo de dónde se ejerce el gobierno. Y no por el ideario de las políticas que se aplican. Dicho de otra manera, nos dicen que lo esencial no es si el gobierno es de derechas o de izquierdas, progresista o conservador. Así, dicen, lo determinante es si gobierna desde la Plaza Sant Jaume o desde la Moncloa. 
Lo que explica, que durante estos últimos años el eje sobre el que ha girado la discusión y la movilización social en Catalunya, también por una parte de la izquierda catalana y de las organizaciones sindicales, haya sido el conflicto territorial, respondiendo a la idea de que “lo nacional primero y lo social después”. Y ha servido para reafirmar la tesis del nacionalismo entre amplios sectores de la clase trabajadora: “sin independencia, nuestros males no tienen remedio”.
Esta tesis ha permitido a la derecha nacionalista, que ha gobernado durante décadas Catalunya, diluir su responsabilidad de los déficits que padecemos en aquellas materias de las que ha tenido plena responsabilidad por estar transferida sus competencias.
Constituye un grave error aceptar, desde una parte del sindicalismo y la izquierda, que "no hay solución a los problemas sociales sin independencia”. Es aceptar la falacia del enemigo externo común y afirmar que los déficits que padecemos nosotros (Catalunya) son a causa de ellos (España), en lugar de responsabilizar a las injustas políticas económicas y sociales que han compartido el Govern de Catalunya y el Gobierno de España y que provocan un reparto injusto de la renta y la desigualdad de oportunidades.
Esperemos que el sindicalismo catalán evite cometer ese grave error, por el bien de los valores e intereses que representa, de subirse, o dejar que le suban, al árbol equivocado de la independencia para evitar que nos pille el toro verdadero que son los problemas sociales.
Vienen jornadas trascendentales que reclaman a las dos grandes organizaciones sindicales de Catalunya, CCOO y UGT, acierto y claridad en sus planteamientos y valentía para defender su autonomía.