en la que elegiremos el nuevo Parlamento Vasco.

jueves, 16 de noviembre de 2017

La DUI estaba desnuda

Durante mucho tiempo, todo aquel que ha negado o puesto en duda la pretensión de imponer unilateralmente la independencia de Catalunya ha sido tachado de botifler, traidor, colaboracionista, fascista. ¡Fascista! Frente a estos detritos se alzaban los puros, los únicos demócratas, los apóstoles de la Fe Única y Verdadera. Porque todo estaba listo, predestinado. El control del territorio estaba asegurado, también el de la hacienda pública. Las demás estructuras de estado, a punto. España solo podría patalear. Europa esperaba con impaciencia y los brazos abiertos el nuevo estado. El capital, también.
Todo era falso. Muchos de sus promotores lo admitían en privado. La DUI estaba desnuda. Un fiasco. Debajo no había nada, salvo propaganda y, sobre todo, dolor. El dolor económico, social y político infligido ya al país. Es inteligente, y necesario, admitir el error para progresar. Pero apostillar la contrición con un yo no sabía que, la culpa es de, guarda más relación con el acné de la adolescencia que con la responsabilidad que se le supone a quienes han regido un país y aspiran a repetir.