La irrupción de la inteligencia artificial (IA) china DeepSeek en internet hace justo una semana, que sacudió los mercados bursátiles al dejar en evidencia el coste y el tamaño de sus rivales en Silicon Valley, no solo pone en cuestión la gigantesca apuesta de inversión de Estados Unidos en esta tecnología, sino que, en un sentido contrario, deja a Europa ante la pregunta de si está haciendo lo suficiente, o, peor aún, si está haciendo algo. La UE ya lo ha hecho antes. Tiene el ejemplo de Airbus, una de las grandes historias europeas de éxito: un proyecto que superó rivalidades locales y barreras culturales y lingüísticas para desarrollar una empresa que hoy es líder mundial de la aviación comercial. Es una experiencia que puede repetirse perfectamente en cualquier nueva industria, también en la IA. Europa debe sacudirse cualquier complejo y ponerse manos a la obra, con sus propias reglas. |
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