Tengo que confesar que siempre me ha atraído el devenir de la política china, sus autodefiniciones, su manera de ver la vida, el valor que se da a las personas en su sociedad y su modo individual de interpretar la vida.
Ayer publiqué que en Rusia, Gorbachov pensaba que si las ideas socialistas se separaban del anquilosado partido / estado, florecerían. Y evidentemente se equivocó y China supo aprender del error ajeno.
Ayer publiqué que en Rusia, Gorbachov pensaba que si las ideas socialistas se separaban del anquilosado partido / estado, florecerían. Y evidentemente se equivocó y China supo aprender del error ajeno.
Los comunistas chinos creían que lo mejor del comunismo era un partido-estado fuerte, porque con un partido-estado fuerte se pueden lograr cosas. Y lo lograron. Para bien o para mal de la población. Se puede intentar construir el socialismo. Eso no lo lograron, aunque sí han mejorado sensiblemente el nivel de via de toda la población. Y si el socialismo no es algo que valga la pena construir, o es muy difícil en un mundo asquerosamente capitalista, entonces probablemente se pueda intentar usar el partido-estado para construir un capitalismo especial, guiado por el partido-estado.
Esto es, en cierto modo, lo que hicieron porque, para ellos, mantener la fuerza del Estado era crucial. Y así se ha demostrado. Para lo que sea. Para bien o para mal de la población. Personalmente creo que una parte importante de ésta lo apoya, porque, sin duda, antes que esa libertad que algunos "defendemos y queremos", sin una base económica, es importante llevarla a la práctica.
En Europa, es difícil de asumir y de verlo mínimamente atractivo, pero quizás, deberíamos de ponernos en la piel de muchos chinos que durante las últimas décadas solo han vida mejorar su calidad de vida, eso sí, a cambio de no dudar de las bondades del partido guía.
En Europa, es difícil de asumir y de verlo mínimamente atractivo, pero quizás, deberíamos de ponernos en la piel de muchos chinos que durante las últimas décadas solo han vida mejorar su calidad de vida, eso sí, a cambio de no dudar de las bondades del partido guía.