España ha abierto ya el debate que ocupará la cumbre de la OTAN que se celebra en La Haya la próxima semana. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comunicó este jueves por carta al secretario general de la organización, Mark Rutte, que España no está en disposición de comprometerse a un aumento del gasto de defensa que suponga el 5% del PIB nacional para los próximos 10 años, tal como exige el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y ha aceptado acríticamente el primer funcionario de la Alianza. La carta quiebra la estrategia de Rutte, que pretendía obtener un consenso sin discusión sobre el texto de la declaración final de la cumbre.
Aceptar sin discusión previa el 5% es una forma de asentir a la concepción mercantilista de Trump, que entiende la relación transatlántica como una compraventa de seguridad —ventajosa para él— en lugar de como una cooperación multilateral entre países soberanos con valores e intereses compartidos.
Así que estoy muy orgulloso de que mi gobierno no acepte sin rechistar las propuestas del que se cree el dueño del cotarro. ¡Ojalá desde el resto de Europa, se entiendan como absolutamente razonables las propuestas de España.