José Ibarrola elcorreo.com/opinion//roberto-lertxundi |
Desgraciadamente para los que entendemos la política como un servicio público, los estadounidenses decidieron poner su destino, y con ello la marcha del mundo, en un escenario donde las amenazas, la grosería, el insulto y la acomodación de las leyes van a sustituir a las habituales normas democráticas. Un delincuente, organizador hace cuatro años de un intento de golpe de Estado, un fascista como lo calificó Kamala Harris, va a estar ahí, dirigiendo en los próximos años el país más poderoso de la Tierra.
Nos espera toda una batería de medidas con el objetivo del MAGA; es decir, más nacionalismo, más particularismo, más militarismo, más 'sálvese quien pueda', mientras sea de los míos… Los nombramientos del futuro Gobierno lo corroboran.
Si no somos capaces de restablecer esa confianza entre los agentes políticos, nuestros planteamientos, los de los demócratas, más allá de cualquier partidismo, fracasarán. Esto no es la Transición, todos a una intentando enterrar el franquismo. Esto de ahora es más difícil y nos pilla divididos. Como decía Manolo Vázquez Montalbán, «contra Franco vivíamos mejor»; es decir, tener un enemigo nos unificaba, nos daba consistencia y solidaridad.
Que el MAGA no se haga a nuestra costa. La UE debe de ser un obstáculo insalvable para los objetivos de la ultraderecha. Ahí radica la esperanza de un mundo mejor.