Uno de los motivos por los que ya hace más de quince años, comencé a escribir este blog, es la posibilidad que me ofrece de escribir lo que pienso sin que nadie me recorte, impida o contradiga previamente sobre lo que opino.
Una vez leído, sí, claro que lo hacen.
Alguna entidad ya me "invitó" a salir porque no le gustaba lo que escribía,
incluso algunas personas conocidas se han indignado
y me han intentado enviar al "cuarto oscuro",
pero afortunadamente para mí,
y de momento, desgraciadamente para unas y otras,
aquí sigo.
El caso es que ayer, a eso de las 19:30
quedé con un amigo a tomar un vino.
Hasta aquí todo normal.
Tras pedir el vino nos dimos cuenta que, en una mesa cercana,
seis adultos, cuando menos, insolidarios,
charlaban, reian y disfrutaban SIN mascarillas.
Se lo comenté a la dueña del local , respondiñendome, algo así,
como que "ella no podía hacer nada por impedirlo",
y no es así.
En mi opinión, los hosteleros son los responsables
de lo que ocurra en su interior.
Si abren sus locales es porque se comprometen a cumplir
y hacer cumplir lo que las autoridades sanitarias,
y no sanitarias, obligan y/o recomiendan.
Y si no lo hacen deben de ser, cuando menos,
recriminados por su actuación o negligencia.
Y en cualquier caso, deberían de saber,
y si no lo deducen lo aclaro,
que con su actitud van eligiendo el tipo de clientela
que desean tener en su interior. La adjetivo:
-La "normal", la que cumple +/- con las normas,
-La "insolidaria", la que pasa, la que "se la suda".
Usteden elijan. Nosotros/as, la clientela, también.