Tal y como afirma uno de los personajes de la obra, un periódico “es como Guerra y Paz en pequeñito”. Una novela interminable que caduca cada día. El caos del mundo apretado en cuatro columnas.
No es de extrañar que su vocación les guíe: la de los periodistas es una misión imposible: mientras en la redacción del diario combaten la precariedad y el desengaño y luchan contra el reloj por la precisión y la veracidad, el poder mueve los hilos para intentar controlar la información. Es labor del periodista indagar y preguntar, pero ¿qué sucedería si cambiasen las tornas y el interrogado fuese el periodista?
Esta obra, inspirada libremente en el “caso Egunkaria”, intenta ser un homenaje al periodismo, así como a todos aquellos medios que han sido clausurados.
En cualquier caso, la obra obtiene un resultado muy justito, toca el tema de la financiación de manera gruesa (¿De quién a quién?), muy tangencial y con un resultado "pelín panfletario".
En cualquier caso, la obra obtiene un resultado muy justito, toca el tema de la financiación de manera gruesa (¿De quién a quién?), muy tangencial y con un resultado "pelín panfletario".