La noticia se titula en los periódicos así:
Juan Carlos I emprende acciones legales contra el expresidente cántabro Revilla por “expresiones calumniosas”.
Es decir. Una persona que está demostrado que ha evadido dinero, que no ha cumplido con Hacienda en tiempo y forma, y que consiguientemente, es un delincuente que simplemente no puede ser juzgado porque ha sido Rey, ahora va y se enfada con quienes le recuerdan que lo que ha hecho, para cualquier otro ciudadano del Estado es delito, se le consideraría delincuente , seria juzgado y condenado y ahora estaría en una cárcel.
El Juancar habla, en su defensa, del derecho al honor, ¿honor? ¿qué honor se desprende del robo continuado, (adjudicación indebida cuando lo hace un poderoso) , y la admisión de dinero "bajo cuerda"?
Lo hace para defender su pasta y "acojonar" a otros que quisieran seguir la línea de Revilla, y lo clava, contrata a la abogada del novio de Isabel Díaz Ayuso, algo que te recuerda eso de "Dios los crea y ellos se juntan".
Lo hace para defender su pasta y "acojonar" a otros que quisieran seguir la línea de Revilla, y lo clava, contrata a la abogada del novio de Isabel Díaz Ayuso, algo que te recuerda eso de "Dios los crea y ellos se juntan".
Y hablando de Dios, el "emérito", mostrándose "caritativo", anuncia que lo que gane de toda esta historia lo donará a la Iglesia Católica. Su caridad y bondad me emocionan. En fin, eso sí, su hijo, según anuncian desde La Zarzuela se desmarca del rey emérito, que para hacer el ridículo, no necesita ayuda.