Podemos tomarnos a chufla la propuesta de Vox de deportar a millones de personas migrantes, considerarla otro delirio ultraderechista y hacer memes…
O leerla como lo que es: una avanzadilla, el explorador que va por delante desbrozando la agenda política para que otros sigan sus pasos. Un desplazamiento del discurso, siempre hacia el extremo derecho, que provoca un efecto arrastre del resto de partidos en la misma dirección.
Resultado: una vez pasado el ruido, el eje del tablero se ha desplazado más a la derecha.