El Faro del Port d’Andratx es más que una estructura: es un símbolo viviente de la historia y cultura mallorquina.
Situado en el extremo occidental de la isla, ha sido un punto crucial para la navegación desde 1902, resistiendo innumerables temporales gracias a su robusta arquitectura.
Este faro ofrece vistas impresionantes, ideales para capturar puestas de sol.