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jenesaispop.com/2025/eurovision-tumba-decadencia |
Se celebra esta noche y de no ser por las ganas que le está poniendo Melody, apenas nos habríamos enterado.
La UER parece estar echando el concurso a perder, entre decisiones muy desacertadas y decisiones cuestionables, como consentir (de nuevo) la participación casi abiertamente política de Israel (acude con una víctima de los atentados de octubre del 23), en pleno genocidio en Gaza con más de 50.000 muertos, y la intención de «ocupar el territorio para quedarse».
La UER está contestando peticiones como la de RTVE de abrir el debate sobre la participación de Israel con comunicados que parecen escritos por IA, en lugar de, no ya expulsar a Israel como expulsó a Rusia, sino atender un debate necesario. Israel está cometiendo crímenes de guerra contra la población palestina y su televisión pública, Kan, es un soporte propagandístico que pretende ocultar la actuación del propio ejército israelí.
También es muy cuestionable la prohibición de banderas, a destacar la LGTBIQ+, cuando es esta comunidad la que ha sostenido el festival cuando nadie lo quería, y la que lo mantiene vivo todo el año, no solo durante la gran final que ve todo el mundo.
En un periodo de retroceso de derechos por el auge de la ultraderecha, dimos por hecho que Eurovisión estaría ahí para nosotros. Y no está sucediendo. Está en esa insoportable equidistancia «ni machismo ni feminismo» que ya sabemos todos dónde nos va a llevar.