Hoy me he despertado con las dos noticias más comentadas del día : La "Fiesta Nacional" y "el ébola".
He recordado cómo, tal día como hoy, son muchos los que recuerdan sólo las matanzas y guerras que sucedieron al "descubrimiento" por parte de los buscadores de riquezas ajenas y de los salvadores de almas, también ajenas, en unas tierras donde vivían tan felices o infelices como los demás. Eso sí, menos desarrollados en el tema de las "contiendas internacionales". Y así les fue.
Pero también, tal día como hoy, comenzó oficialmente la campaña de "exportación de virus asesinos", de llevar virus europeos a una población nativa que fue reducida mediante este sistema, en muchas "Misiones", tal como he podido comprobar en este verano, a donde llegaban los jesuitas y demás gentes que se relacionaban con los lugareños y, dos o tres años después, tenían que marcharse por falta de fieles tras la muerte de la mayoría de los nativos.
Estos días sufrimos el efecto contrario. Virus procedentes de tierras lejanas asustan a los habitantes del viejo continente. El ébola, ese que mientras se extendía por Africa nos importaba un higo pero que ahora que lo hemos "descubierto" en nuestra propia casa, nos preocupa y acojona como nunca.
"Cosas veredes amigo Sancho que harán fablar a las piedras".