«Gobernar o dirigir un país o una organización es pactar, y pactar no es ceder»

viernes, 25 de noviembre de 2016

Morir de un infarto no te convierte en mártir ni te da la razón.

Los líderes del PP creen hoy que Rita Barberá era “inocente” y “honrada”, una “gran política y gran persona”, una “gran española”, que había sido “linchada”, que había sido “víctima de una cacería”, que había sido “acosada sin prueba alguna”… 

Habría sido más creíble y coherente si todas estas palabras en apoyo a la senadora Barberá las hubiesen dicho hace unos días, antes de forzar su baja como militante, antes de mandarla al grupo mixto del Senado, antes de repudiarla en las cortes valencianas y votar una petición unánime con todos los demás partidos para que dejase su escaño. Antes del infarto que se la llevó.