Después de mirarnos en el espejo y ver la cara que se nos ha quedado, como dice Alorza en su Facebook, pediría una rebaja de la agresividad entre partidarios de distintas opciones democráticas, para reafirmar bien alto aquello que nos une y no queremos perder.
Seamos conscientes de que estamos abriendo la puerta a todos los Berlusconi, Le Pen, Gil y Giles del mundo y, quizá, a otros peores.
O nos mantenemos unidos, muy unidos, en la defensa de los valores europeos de democracia, laicismo y cohesión social o Murphy nos demostrará una vez más que todo, todo, puede empeorar.