Antes de las elecciones se podrían haber soñado otras alternativas y otras formas de gobierno, pero vistos los resultados de las últimas elecciones al parlamento vasco, la "vieja" solución de volver a gobernar juntos los dos grandes partidos vascos centenarios entiendo que es la mejor solución de las posibles.
Desde la noche electoral creí que era esta la única salida realista posible. Y creo que los de la foto compartían la misma opinión y sabían que el final del recorrido, hasta la elección de Lehendakari, iba a ser el que ha sido. En mi opinión, no ha habido ninguna sorpresa.
Y tengo que reconocer que me sigue sorprendiendo y dándome un poquito de rabia también que el PNV no sea claro desde el principio y tenga que aparentar buscar acuerdos con el "irreciclado" mundo de Arnaldo y Cia, sabiéndose desde el principio que al acuerdo de gobierno era, afortunadamente, imposible. Han querido guardar las apariencias ante parte de su militancia, y han esperado a que su carismático líder suelte una de sus habituales salvajadas para que los jeltzales aparenten que se rasguen las vestiduras y confirmen ante ese sector de su partido que desea el "pacto entre abertzales" que al día de hoy sigue siendo imposible.
Y por su parte, el PSE-EE nos confirma a los que le seguimos a media distancia que en Euskadi votar "socialista" es terminar dando el voto al PNV, que se han convertido, aquí hace tiempo, y ahora en el resto del estado, en un partido bisagra que puede tener el acierto, como en esta ocasión, de teniendo tan pocos votos, conseguir ser aparentemente importantes.