Antón en El Correo de hoy
para provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran". (P. Valéry)
sábado, 18 de agosto de 2012
viernes, 17 de agosto de 2012
35-Huida al norte
Cada día laborable un capítulo (35/35) |
La soleada mañana de Septiembre animó a Pedro a desayunar en la terraza de su casa de Matiko, entre alegrías rojas, geranios blancos, unas flores rosas cuyo nombre desconocía y su mandarino. Se asomó a la gruesa balaustrada de cemento y observó los tejados gastados por el paso del tiempo y, al fondo, las cercanas cimas de los montes que bordean la ciudad por el suroeste. Artxanda era el Norte, a su espalda. El mar no indicaba exactamente ese punto geográfico. Había que buscarlo girando unos pocos grados hacia la derecha.
Mojó un par de galletas en su café. Sus desayunos eran frugales, demasiado según las recomendaciones de los dietistas, pero él no podía, nunca había podido, comerse varias tostadas, piezas de fruta, beberse un generoso zumo de naranja y una taza de café caliente. Él se quedaba exclusivamente con esta última. Y solía acompañarse con unas galletas, un par, poco más. Eso sí, las galletas las escogía. Le encantaban las Chiquilín de Ártiach, desde niño.
jueves, 16 de agosto de 2012
Humanistas en conectividad
Reproducción humana artística de uno de los graffitis antibélicos
más conocidos del afamado graffitero británico Banksy.
34-Huida al norte
Cada día laborable un capítulo (34/35) |
Pedro esperaba impaciente frente a la puerta del café Iruña donde había quedado con Irene a las nueve, media hora antes de que empezara el concierto. Estaba nervioso. Era en muchos años su primera cita con una mujer a la que, sin dinero por medio, quería agradar y conquistar. Había algo en esa mujer, mezcla de pena, resignación y deseos de venganza que le gustaba. Su mirada cobraba brillos distintos cuando hablaba de su familia, de su hijo y de su marido. Al hablar del primero se mantenía al borde de las lágrimas. En cambio, nada más citar la existencia de su marido una desapacible intensidad se adueñaba de sus ojos claros.
Con cinco minutos de retraso vio acercarse a Irene por la calle Berastegi. Llevaba una chamarra de cuero negra, de aspecto juvenil y que llegaba hasta la cintura, un jersey de cuello alto negro y una falda con tonos grises y verdes que no ocultaba las rodillas. Las piernas iban protegidas con unas medias negras y unas largas botas del mismo color y con un moderado tacón. Estaba muy guapa. Irene era una mujer guapa. Ella lo sabía y conocía perfectamente la manera de resaltar sus rasgos.
miércoles, 15 de agosto de 2012
33-Huida al norte
Cada día laborable un capítulo (33/35) |
Me encontré con Pedro la mañana del viernes dieciséis de Septiembre. Recuerdo la fecha con exactitud porque el dieciséis de Septiembre, muchos años atrás, fue una fecha importante para mí. Quizás en otra ocasión os comente lo que sucedió aquel lejano día de finales del verano de 1975. Pero en esta ocasión mi interés se centra en Pedro y sus amigos.
Yo estaba leyendo el periódico en una cafetería de la Gran Vía, atestada de mujeres que esperaban la apertura del Corte Inglés, cuya puerta principal se encuentra justo enfrente del establecimiento donde degustaba mi café con leche y un acaramelado croissant. Entonces me saludó Pedro.
-He entrado a tomar un cortado solitario y, buscando un sitio en la barra, te he encontrado aquí. ¿Te importa que me siente contigo?
martes, 14 de agosto de 2012
32-Huida al norte
Cada día laborable un capítulo (32/35) |
lunes, 13 de agosto de 2012
Asha, muerte e Islam
Por aquí andamos pidiendo a la gente de la izquierda abertzale
que condene publicamente el terrorismo de ETA,
lo cual me parece absolutamente razonable.
¿Y si pidiéramos a los islamistas
que condenen los asesinatos cometidos en el planeta hoy en día
en nombre de su religión?
31-Huida al norte
Cada día laborable un capítulo (31/35) |
domingo, 12 de agosto de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)