Dos amigos se reunieron para comer
y antes uno de ellos pasó por el quiosco
a comprar el periódico.
Éste saludó amablemente al vendedor.
El quiosquero, en cambio respondió con malos modales
y muy desconsiderado le lanzó el periódico de mala manera.
El comprador en cambio sonrió amablemente,
y pausadamente deseó al quiosquero que pasara un buen día,
dándole las gracias por su servicio.
Los dos amigos continuaron el camino
y cuando ya estaban alejados del quiosco, el otro amigo le dijo:
- Oye ¿Este hombre siempre te trata así?
- Si, por desgracia – le dijo el amigo
- ¿Y tú siempre te muestras con él tan educado y amable?
- Si, así es.
- Y ¿me quieres decir, por que tú eres tan amable con él,
cuando él es tan antipático contigo?
- El amigo le contestó: es bien fácil.
Porque yo no quiero que sea él quien decida
cómo me he de comportar yo.