Las izquierdas no socialdemócratas europeas
no pueden aplicar en 2025 a la actual situación geopolítica mundial
un discurso antimilitarista en los mismos términos que hace cuatro décadas.
El rechazo a la OTAN no tiene hoy el mismo significado que en 1986

martes, 7 de agosto de 2012

A Gallardon y cia ...


La nueva normativa legal con la que nos amenaza el ministro de Justicia en materia de aborto no solamente traerá mucho sufrimiento a las familias y especialmente a las madres, no sólo significará que se agudicen las diferencias de clase, con la exclusión de las mujeres que tienen menos recursos del acceso a una clínica en buenas condiciones sanitarias en Londres o en Ámsterdam, y que deberán recurrir a abortos clandestinos y sépticos, con sus secuelas de enfermedades, procesos judiciales, quizá prisión para médicos y parteras –no sé si Ruiz Gallardón se propone también encarcelar a las mujeres–, y hasta muertes. Pero puesto que la salud y la felicidad de sus ciudadanos no constituye un problema para la conciencia del ministro de Justicia, lo que sí, desde el punto de vista de un jurista demócrata debería ser motivo de preocupación, cuando no de escándalo, es que fractura gravemente los principios de un Estado de Derecho.

El artículo de Lidia Falcon sigue en blogs.publico.es