Cada día laborable un capítulo (27/35) |
Lamikiz quería seguir encontrándose con su secretaria. No quería renunciar a acostarse con esa joven fogosa de pechos hermosos y trasero formidable. Pero tampoco quería tener que pagar al chantajista todos los meses los dos mil euros que éste parecía haber estipulado.
No quería permanecer sin hacer nada hasta que recibiera la próxima carta, con fotos nuevas o sin ellas. Era evidente que quien le pedía el dinero tenía muchas fotografías y había encontrado una mina que no quería abandonar. Conseguía un sueldo mensual a cambio de una amenaza escrita. Rentable.