Hace ya bastantes años, el periodista Iñaki Gabilondo dejó escrito que en Euskadi había que secularizar el problema vasco, distanciarlo de la mística política. Y ya entonces consideraba este periodista donostiarra, como muchos en la sociedad vasca, que había que llamar a las cosas por su nombre. Y no dar gato por liebre a una sociedad que ha pasado la página de la violencia de ETA sin miramientos, pero con el espejo retrovisor bien limpio para tener presente la barbarie y a las víctimas. “Las miradas, los relatos se tienen que sustentar sobre hechos ciertos, constatables, no sobre mitología, ensoñaciones, medias verdades que ocultan tragedias”.
Mientras Trump habla del éxito del plan de paz, los israelíes mantienen los dedos en los gatillos de armas que siguen apuntadas a la población civil de Gaza. (martin.gak)