blogs.publico.es/escudier/2019/10/24/el-ultimo-alzamiento |
Lleva razón Pedro Sánchez en que este 24 de octubre es un día para celebrar una victoria, aunque para ello hayan tenido que pasar 44 años, 11 meses y dos días de obscenidad e ignominia. Hoy es un gran día para todos aquellos que fueron obligados a permanecer mudos durante cuatro décadas de dictadura y que, ya en democracia, tuvieron que seguir callados porque en este país la llamada reconciliación nacional se edificó sobre el silencio de los vencidos, y ello incluía aceptar la glorificación de un asesino y su faraónico mausoleo.
Hoy, sobre todo, es un día para la memoria de las víctimas, El mejor día para recordar a los familiares encarcelados o que tuvieron que salir del país por el simple hecho de haber sido adultos o hijos de adultos que habían defendido la República y la Democracia.
Es un día para el recuerdo, para no olvidar que la rabia del perro no se acabó con su muerte y que la cepa del virus sigue latente en algunas instituciones del país.
Sí, es el mejor día para pensar en todos aquellos que dijeron que no se podía, que lo mejor era no despertar a los fantasmas del pasado ni reabrir viejas heridas, cuando éstas seguían abiertas y supurando.
A la democracia le ha costado una eternidad poner las cosas en su sitio y hacer que empecemos a respetarnos a nosotros mismos.