Las parroquias nos tienen acostumbrados a que pongan
su señal terrenal para asegurarse que nadie les impida
aparcar cómodamente junto a la puerta de sus locales.
Pero en el barrio bilbaíno de Deusto
parece ser que amplían su interés de acotar
su espacio de influencia a la acera adyacente,
no sin cierto peligro para los transeúntes.
¡Vuélvase a la verticalidad!