Esta semana se cumplirá un año del comienzo de la guerra de Ucrania, tras la invasión desatada por Rusia el 24 de febrero de 2022, y la única certeza consistente que tenemos en estos momentos es que el conflicto se prolongará durante mucho tiempo y que ha trastocado de una forma radical la seguridad y estabilidad europeas.
Tanto la Unión Europea como la OTAN han cerrado filas con Ucrania, han dado pasos irreversibles hacia el rearme del viejo continente y han disparado sus gastos en defensa hasta extremos inusitados. Y, bajo la batuta estadounidense, se han juramentado para enfrentarse a quienes desafían los manejos occidentales en el mundo: a Rusia en el territorio europeo y China en la región de Asia-Pacífico.
Ahora bien, dicho todo lo anterior, si yo tuviese un amigo al que le están "cosiendo a hostias" un trio de malhechores, además de decirle que ánimo y que no se deje vencer, creo que si pusiese, no me limitaría a darle pomadas para las heridas y le ayudaría con todas mis fuerzas, puños incluidos, a superar los golpes de los maltratadores. Dicho de otra manera, no entiendo que se esté permitiendo que se destruya Ucrania, a no ser que las futuras constructoras europeo/americanas consideren que todavía hay que romper más antes de empezar a reconstruir. Y si esto último es medio verdad, las banderas y las llamadas nacionalistas son un triste chiste. Piensen ustedes quienes son los que más dinero han ganado este último año. Y coincidirán conmigo que la guerra, de momento, no interesa que acabe.
Ahora bien, dicho todo lo anterior, si yo tuviese un amigo al que le están "cosiendo a hostias" un trio de malhechores, además de decirle que ánimo y que no se deje vencer, creo que si pusiese, no me limitaría a darle pomadas para las heridas y le ayudaría con todas mis fuerzas, puños incluidos, a superar los golpes de los maltratadores. Dicho de otra manera, no entiendo que se esté permitiendo que se destruya Ucrania, a no ser que las futuras constructoras europeo/americanas consideren que todavía hay que romper más antes de empezar a reconstruir. Y si esto último es medio verdad, las banderas y las llamadas nacionalistas son un triste chiste. Piensen ustedes quienes son los que más dinero han ganado este último año. Y coincidirán conmigo que la guerra, de momento, no interesa que acabe.