El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

miércoles, 1 de febrero de 2023

El submarino naranja se hunde, las ratas huyen,
pero Igea se queda. ¡No le falta moral! ¡Ánimo!

El día en que Ciudadanos se presentó al mundo se rumoreaba por el patio de butacas que el flamante navío anaranjado no era más que un submarino del PP fletado para operar en aguas catalanas.

La vida en los submarinos no es precisamente fácil: no hay mucho sitio, la gente se pega codazos por los pasillos, los dormitorios comunican con los baños y la cocina con la sala de torpedos. Tarde o temprano falta oxígeno y sobran malos olores, de manera que hay que subir a la superficie y entonces el radar te localiza en la plaza de Colón, junto a la ultraderechita valiente y a la derechita de toda la vida.

En algún momento de su accidentada singladura Ciudadanos quizá pudo ser el buque insignia de la derecha civilizada y liberal que en España brilla por su ausencia y que tanto estamos necesitando. Pero Francisco Igea perdió las votaciones internas y de esta forma sus compañeros llevaron la nave al desastre total.

Ayer le vi y escuche en la tele y da la impresión que está esperando a que las ratas abandonen la nave, le dejen medio solo y luego ir arreglándola poco a poco.

Es costumbre naval que, al hundirse un barco, los capitanes lo acompañen al fondo, pero en la práctica resulta mucho más cómodo transbordar a otro barco. Begoña Villacis, en una maniobra un tanto fea para el resto de sus compañeros, lo intenta, pero no lo tiene fácil.. Lo malo es que cuando se hunde un submarino, las maniobras de salvamento suelen ser especialmente aparatosas y desde casi cualquier parte se oye aquello del ¡sálvese quien pueda!
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