Por eso me fastidia, y por eso hago este post, cuando se dan situaciones que nos encaminan a un escenario presentado como una “arcadia feliz”, que buenos somos todos, que buenas intenciones tenemos, que hay dos partes en conflicto (¿iguales?), que el gobierno tiene también que dar sus pasos… (¿cómo en 2006?) una situación peligrosa en el que, si el Gobierno se niega (y tiene todo el derecho a negarse, porque dejó claras las condiciones de ese tipo de proceso de paz), es el gobierno el que queda como el malo, acto seguido Batasuna se hace la víctima, y hay quien le da crédito a ese victimismo.
Y que casualidad, estos momentos en los que se le da a Batasuna la oportunidad de ser la que quede bien, es siempre en los momentos en los que tanto ETA como Batasuna están peor. ETA está mal porque se les detiene de 10 en 10, y Batasuna está mal porque llegan unas elecciones y se les acaba el tiempo.
Y yo insisto, la gente olvida: tres procesos de paz, 800 asesinatos, ni una sola condena, de estos angelitos.
¿Que si quiero que termine? Por supuesto. ¿Que si creo en este proceso interno de la izquierda abertzale? Creo que existe sí, otra cosa es si va a ir algún puerto, no tengo ni idea porque históricamente los políticos de Batasuna se han acojonado ante los violentos, demostrando que son bastante mas cobardes que los que realmente deberían tener miedo, que son las potenciales víctimas de esos violentos, los señalados, los denostados, los amenazados, los increpados, los que pensamos diferente, que tenemos en cambio la cabeza bastante alta por nuestro trabajo por esta sociedad.
¿Que si soy optimista? Si, lo soy. Creo que ETA desaparecerá y es inevitable. Esto lo sabe todo el mundo y por eso la gente está con prisas de posicionarse, de quedar bien, de mostrar otros caminos, de ensuciar, de confundir... de no ser el malo de la película, cuando nuevamente no hay que olvidar que sólo hay un malo.