¿No tiene el "Ararteko o Defensor del Pueblo Vasco" temas más importantes de tratar y con los que salir a la prensa que la ridícula protesta de algún vecino o visitante a cuenta de unos paneles que adornan el puente peatonal de Plentzia, donde se han escrito textos publicados en libros antiguos que narran las historias y peripecias de la villa y sus gentes?
¿No la parece ridículo abonar las protestas de gente poco dada a respetar los textos ya redactados, algunos hace ya muchos años, algunos sexistas, otros clasistas, y todos ellos acordes a la manera de hablar de la época en la que fueron escritos? ¿O es que vamos a tener que reescribir, al estilo "Gran Hermano" o "1984", textos y joyas literarias antiguas de Lope de Vega, Cervantes, Axular o Shakespeare, por la mera circunstancia de que no se corresponden con la política literaria actual?
Cada vez con mas frecuencia caemos en situaciones ridículas fruto de un intento de acomodarse a lo políticamente correcto. Y sin duda nuestro Ararteko, en este caso, ha dado un ejemplo de ello.