El PP ha convertido el asunto Rivera en un fracaso propio cuando realmente es un éxito para el País

viernes, 22 de abril de 2022

Ánimo franceses. Votad, por favor.
Y votad ... a Macron. Por vosotros/as. Por todos/as.

De un tiempo a esta parte, las elecciones presidenciales francesas siguen un guion preestablecido:

Una primera ronda donde se constata –en ocasiones con satisfacción, generalmente con angustia– que los partidos tradicionales de centro-izquierda y centro-derecha son cada vez menos relevantes.
Una segunda ronda planteada en términos existenciales: urge frenar al populismo de derecha radical, que cada cinco años mejora sus perspectivas electorales.

2022 está siguiendo el guion al pie de la letra. Hoy nos encontramos ante otro enfrentamiento entre globalismo y nacionalismo cerril.
Las encuestas anticipan que en la segunda vuelta electoral el presidente Emmanuel Macron se impondrá sobre Marine Le Pen, con un margen razonable pero menos holgado que en 2017.

Pero habrá que recordar que el referendum inglés se esperaba que ganase el voto proeuropeo y ante el relax de muchos britanicos estalló la sorpresa.
En EEUU muchos demócratas se negaron a votar a la que hubiera sido la primera mujer presidente de la historia por su escasa sensibilidad progresista y ante el asombro de la gran mayoría de espectadores salió el impresentable Trump con las terribles consecuencias internacionales que supuso su cuatrienio y que todavía estamos pagando.
Si los franceses se relajan o se resisten a ir a votar aunque sea tapándose la nariz, la remota posibilidad de que gane la ultraderechista podría suponer un golpe mortal a Europa de incalculables consecuancias.