Tiempo atrás, explica la leyenda, 1920, los campesinos de Calella vieron que un lobo se paseaba por sus tierras y provocaba destrozos. Se unieron todos juntos y salieron con las escopetas hasta que consiguieron matar a aquella fiera.
La expusieron en la entrada del pueblo y el veterinario cumplió con el deber de analizar el animal.
Lo primero que descubrió es que no era un macho, sino una hembra. Y además, ese animal, que parecía una loba y así se lo creyó todo el pueblo resultó ser upa perra de raza poco conocida.
Al de pocos días apareció una mujer de Sant Pol gritando indignada que le habían matado su perra que más quería, que se había escapado de casa y, perdida, se fue hacia a Calella.
El pueblo supo convertir un "error" en leyenda y mantenerla hasta nuestros días.
La expusieron en la entrada del pueblo y el veterinario cumplió con el deber de analizar el animal.
Lo primero que descubrió es que no era un macho, sino una hembra. Y además, ese animal, que parecía una loba y así se lo creyó todo el pueblo resultó ser upa perra de raza poco conocida.
Al de pocos días apareció una mujer de Sant Pol gritando indignada que le habían matado su perra que más quería, que se había escapado de casa y, perdida, se fue hacia a Calella.
El pueblo supo convertir un "error" en leyenda y mantenerla hasta nuestros días.