“Aquellos que te hacen creer en absurdos, pueden hacerte cometer atrocidades”. Voltaire.

lunes, 21 de noviembre de 2022

¿Qué hacer respecto a la Copa del Mundo en Qatar?
¿Se es más "progresista" por decir que lo boicoteas?
¿Y si comenzásemos por fijarnos en nuestro entorno?

Es el "ser o no ser" de nuestro tiempo. Solo que aquí la cuestión es el fútbol. ¿Qué hacer respecto a la Copa del Mundo en Qatar? ¿Sintonizarla o ignorarla? ¿Rendirse o protestar? ¿Ver o no verlo? Observamos desacuerdo entre los colegas, las opiniones difieren.

Se denuncian las muertes entre los trabajadores migrantes y la legislación homófoba en el país de anfitrión. Y con razón.

Qatar simboliza mucho más para muchos críticos: el camino peligroso que ha tomado el fútbol moderno. Los jeques y el "lavado de imagen" que les proporciona el deporte, los inversores dudosos, la corrupción y la gran venta del alma del juego: Qatar es todo un símbolo de todo esto. Que se rechace, puedo entenderlo.

Pero ... ¿No se había cruzado ya una línea roja en el anterior Mundial cuando se celebró en Rusia? ¿Puede un boicot televisivo realmente surtir algún tipo de efecto? Las primeras informaciones sobre "fans falsos", supuestamente comprados, celebrando una fiesta en Doha me dejan sin palabras. Así como la perspectiva de tener que soportar más mensajes de paz del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en las próximas semanas.

¿Es menos "progresista" ver un partido de fútbol en la tele que comprar determinado tipo de ropa en cadenas comerciales que sabemos que explotan a trabajadores en países del tercer mundo?

Boicotear el mundial porque han muerto miles de trabajadores es lícito y lógico, pero no sirve de nada si cuando acabe el torneo, de repente, una amnesia colectiva se apodera de todo y la gente olvida que lejos de Qatar, aquí, en nuestra casa, también es urgentísimo replantearse la calidad de vida y los derechos sociales que afectan a parte de nuestros conciudadanos.