En España tenemos una derecha predemocrática y que desde el punto de vista de la cultura política está más cerca del franquismo que del sistema consagrado por la Constitución.

martes, 15 de julio de 2025

La inmigración no es un problema:
la forma de gestionarla y comunicarla sí lo es.

La mayoría de personas migrantes que llegan a España lo hacen huyendo de contextos de violencia, pobreza o cambio climático. Muchas de ellas trabajan en condiciones precarias –como los jornaleros de Torre Pacheco– y contribuyen a sostener, no solo nuestra economía, sino también nuestro Estado del bienestar, pensiones y Seguridad Social incluidas. Sin embargo, lo que cala es otra cosa: la narrativa del “efecto llamada”, la imagen del “invasor”, el estigma del “delincuente”. Y eso, repetido desde tribunas políticas e institucionales, cala. Y mata.

Simpatizantes de Vox,
el sábado en Torre Pacheco. 
Álvaro García Sánchez
www.eldiario.es/Anna Lopez
Cuando un grupo vulnerable entra en el centro del debate como “problema”, hay alguien que se beneficia políticamente. Ese alguien es Vox.

Su estrategia es clara y está muy estudiada. Cada vez que hay elecciones cerca, endurecen su discurso, especialmente en torno a la inmigración. Si hay un hecho concreto –como la crisis migratoria en Canarias o una agresión en la península–, lo aprovechan para amplificar su ideario racista. Lo vimos en las elecciones europeas. Lo vimos en las autonómicas. Y lo estamos viendo ahora gracias a una maquinaria mediática que, muchas veces, les hace el trabajo sucio sin pudor ni contraste.