Un año más, hoy nos pondrán en todas las noticias al Jefe del Estado, a la primera figura de una nación de naciones que aspira a seguir mejorando su vida en paz, democracia y libertad, un país que reconoce en su Constitución la libertad de culto y la laicidad del Estado, nos lo presentarán rodeado de señores ensotanados con trajes lujosos celebrando actos religiosos que solo son seguidos por una minoría de españoles.
Es decir, el Jefe de un Estado Laico se nos muestra en público como si fuese el líder de un Estado Católico. Así empezó su padre. Ya han pasado 50 años. Sería bueno que en su actividad como Jefe de Estado supiese distinguir y dejar las cuestiones religiosas para su agenda privada.