El alto, el fuego en Gaza, que de momento parece estarse manteniendo no tiene detrás un proceso ni mecanismos para prevenir ataques y avances, israelíes, ni para forzar al ejército israelí a retirarse.
Mientras Trump habla del éxito del plan de paz, los israelíes mantienen los dedos en los gatillos de armas que siguen apuntadas a la población civil de Gaza. (martin.gak)

miércoles, 16 de julio de 2025

Feijóo y su prostíbulo, Vox y su matonismo.
La izquierda recomponiendose. Hay que reaccionar.

El líder de Vox, Santiago Abascal,
este jueves en San Lorenzo
de El Escorial 
EFE/ Sergio Pérez
www.eldiario.es/Raquel-Marcos

Atacar a Sánchez a través de su suegro, ya fallecido, es para
consumo interno de los muy cafeteros de derechas, un intento fallido de recuperar votos de Vox y una pérdida de papeles del autodenominado representante de la política adulta.

Feijóo ha cruzado la línea roja que trazó él mismo cuando llegó a Madrid y se ha gustado tanto como troll que apenas hay tuits o declaraciones recientes de dirigentes de su partido que no contengan la palabra prostíbulo. 

Mientras tanto, Vox se desmarca del debate con aroma a lupanar y se dedica a lo que mejor sabe hacer: sembrar odio hacia el inmigrante, uno de los pilares del programa populista que contribuyó a llevar a Trump a la Casa Blanca por segunda vez. La última parada, de momento, ha sido Torre Pacheco.

En Murcia, López Miras deja hacer y deshacer a Vox, en España Abascal recoge los frutos de la definitiva bajada al fango de Feijóo. Según el CIS, el partido ultra sube cinco puntos en intención de voto, hasta el 18,9%. La izquierda en proceso de recomposición, política y anímica, no debe perder de vista el auge de Vox y lo que supone: basta con mirar a EEUU para calibrar hasta dónde podemos caer.