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MM: Al revisar la biografía de Johann Sebastian Mastropiero surge que todo un período de su existencia se vio ensombrecido por el alcohol, el que va de las 7 de la mañana a las 12 de la noche. Sin embargo, la historia de la música le debe gratitud a su afición por la bebida, ya que justamente estando borracho se abstenía de componer, (salvo la obra que escucharemos a continuación).
Ese día Mastropiero se hallaba en pleno delirium tremens; en sus visiones se le aparecían terremotos en la India, guerras en Europa, niños hambrientos en África, y un hombre de voz chillona que vaticinaba diluvios, temporales, y leve descenso de temperatura. Apagó el televisor. Volvió a sus alucinaciones habituales: las ratas. Se le presentaban, una vez más, la rata Renata y la rata Rita, con una historia de ratas expulsadas del reino. La fábula lo cautivó, y se lanzó a componer su Oratorio para niños, opus 61, "Las Ratas", más conocido como "El Orratorio".