...nunca podrá tener razón quien discuta las creencias de un creyente y ponga en clave de sol ("invictus")sus encarnaciones.
Imagen y texto recogido de /humanismo sin credos |
O se les dice amén a todo lo que creen, o te dirán, como la mayor parte de los comentaristas de este blog, que eres... ¡Bastaría tener fuerzas para hacer la recopilación de lo que a diario profieren aquí! Y cuando no es así, piden ¡respeto! a lo que constituye el alimento de su vida espiritual.
¿Respeto? ¿Lo tienen ellos? ¿Lo han tenido a lo largo de su historia? Al que hoy se atreva a decir que todo lo que creen es puro mito --un producto de la imaginación-- lo calificarán de mentiroso, criminal, descerebrado, necio. ¿Ése es el respeto que predican para todos? Miran su espectro de credulidad con la lupa del presente (al menos es un presente donde los "otros" pueden decir lo que opinan sin que vean aparecer a Torquemada por el horizonte) ¿O es que el pasado no cuenta? Incluso en el presente ¿no se puede poner lo que predican ante el espejo de los hechos?
La mayor parte de las veces, cosa curiosa, hacen sorna cuando les recuerdan las lacras adheridas al mundillo que tratan de defender, "mundillo", ahí es nada, con muchos siglos de antigüedad. ¿Por qué?. Tres razones: porque lo desconocen, porque infravaloran su importancia o porque no se creen que la religión tenga también tintes negruzcos. A la cerrazón mental unen esquizofrenia.
Ese modo de responder tintado de sorna sólo esconde el río subterráneo de soberbia que tienen a la hora de discutir hechos y principios. ¡Cómo no, si están en posesión de la verdad! ¡Cómo no si llevan siglos amontonando doctrina con que sacudir a quien no piensa como ellos!