Llevo años intentando librarme poco a poco, sin prisas y como que no quiere la cosa de Bill gates, sus ventanas, y sus sistemas operativos que lo intentan llenar todo. Soy consciente que al separarme del enorme oso caigo en brazos de otro, pero puestos a elegir, sin duda, lo prefiero.
Y es estas estaba, cuando de repente, me despierto con la noticia de que Euskaltel me devuelve al oscuro pasado de outlook. Se me han puesto los pelos en punta. Retornan los viejos fantasmas.
El cambio, tal como anuncia la empresa vasca, es suave, sencillo y, si hace falta, te pagan la vaselina, pero de obligado cumplimiento. En fin que algunos gritando por ahí independencia, y hasta en las cosas más ridículas, las empresas posibles símbolos de sus reivindicaciones, sucumben estrepitosamente en los símbolos mas evidentes de dependencia y sumisión.