Cuando una moral determinada -sea la cristiana o cualquier otra- se impone jurídicamente, los conceptos de delito y pecado se confunden.
Durante siglos, el adulterio o la blasfemia conllevaron pena de cárcel.
La homosexualidad incluso la pena capital. Y así varios conceptos que desde la conjunción de Iglesia y Estado, religión y militares al frente de la sociedad, nos han mantenido oprimidos durante siglos. Y a veces oyes declaraciones que te llevan a pensar que siguen creyendo que las dos cosas van juntas. Y afortunadamente, en una Democracia supuestamente laica, nos importan los delitos, pero los pecados los dejamos para las "pajas mentales" de los voluntarios creyentes.
Ahora parece que pierden clientela e influencia social, que no poder económico, y se ven obligados a relajar las exigencias teóricas y ponerse moderadamente "progres". Aunque yo no bajaría la guardia con esta gente, porque a la primera que vean que pueden volverán por sus fechorías.
Y en estas resulta que el Papa ha querido tranquilizarnos y ha dicho en alto lo que casi todo el mundo lo tiene asumido desde hace muchos años en nuestras sociedades occidentales. Casi como decir que ha "descubierto la rueda". Dice que "la homosexualidad no es delito". Hostias. Ya lo sabíamos Francisco. Pero, el mismo aclara, por si algún progre católico le malinterpreta, si es pecado, y para él, como jefe de su Iglesia, la ley de Dios es mucho mas importante que una vulgar ley de los hombres y mujeres de este planeta.
Durante siglos, el adulterio o la blasfemia conllevaron pena de cárcel.
La homosexualidad incluso la pena capital. Y así varios conceptos que desde la conjunción de Iglesia y Estado, religión y militares al frente de la sociedad, nos han mantenido oprimidos durante siglos. Y a veces oyes declaraciones que te llevan a pensar que siguen creyendo que las dos cosas van juntas. Y afortunadamente, en una Democracia supuestamente laica, nos importan los delitos, pero los pecados los dejamos para las "pajas mentales" de los voluntarios creyentes.
Ahora parece que pierden clientela e influencia social, que no poder económico, y se ven obligados a relajar las exigencias teóricas y ponerse moderadamente "progres". Aunque yo no bajaría la guardia con esta gente, porque a la primera que vean que pueden volverán por sus fechorías.
Y en estas resulta que el Papa ha querido tranquilizarnos y ha dicho en alto lo que casi todo el mundo lo tiene asumido desde hace muchos años en nuestras sociedades occidentales. Casi como decir que ha "descubierto la rueda". Dice que "la homosexualidad no es delito". Hostias. Ya lo sabíamos Francisco. Pero, el mismo aclara, por si algún progre católico le malinterpreta, si es pecado, y para él, como jefe de su Iglesia, la ley de Dios es mucho mas importante que una vulgar ley de los hombres y mujeres de este planeta.